viernes, 19 de agosto de 2011

A galope, sin silla y sin miedo


La tradicional "Correguda de Joies" data del siglo XVIII, cuando la huerta predominaba en Pinedo y los jinetes -ataviados con camisa, alpargatas de careta y faja- competían durante tres días consecutivos con dos, tres y hasta cuatro carreras diarias, según el interés y la rivalidad de los participantes. El ganador obtenía como premio una corona de laurel que se colgaba de una ventana o un balcón. El día previo a la carrera final, los clavarios descolgaban la corona en cuestión y se la entregaban al vencedor para que éste se lo regalara a su amada. Hoy, el ganador también recibirá un pañuelo de seda sobre una corona de laurel, que anudará al cuello de su caballo. Pinedo es la única población valenciana que ha mantenido esta tradición de manera ininterrumpida.
La joven Lorena Esteve gana una de las carreras tras recorrer 300 metros cabalgando en su caballo sin sujeción alguna.

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