lunes, 9 de agosto de 2010

Andaluz


Su procedencia es puramente española, de ahí que se le reconozca también con el nombre de Caballo español.
Su presencia en la Península se calcula desde la época de los romanos. Casi con total seguridad este caballo español se mezcló con el bereber y el árabe, en la época en que los árabes dominaban España. Esta mezcla hizo que el pesado caballo autóctono consiguiera la elegancia y porte con que hoy se conoce.
Durante el siglo XVI se difundió en las cuadras reales de toda Europa, participando además en la formación de diferentes razas como la lipizzana, la napolitana, kladrub...

Caballo de silla y enganche, reconocido especialmente por su gran elegancia.
Se adapta perfectamente a los ejercicios de alta escuela.
Imprescindible en corridas de toros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario