miércoles, 11 de agosto de 2010

Orejas


Si observamos a un caballo podremos ver como sus orejas se mantienen prácticamente en constante movimiento. Una serie de posturas con las que comunica a los demás su estado anímico, por lo que conviene conocerlas:

Orejas con las aberturas hacia fuera y hacia delante: caballo tranquilo.
Orejas en constante movimiento: actitud habitual en un caballo confiado pero vigilante.
Orejas rectas o hacia delante: ha localizado un objeto que le inquieta.
Orejas verticales: claro síntoma de temor.
Orejas ligeramente hacia atrás: denotan irritación.
Orejas totalmente hacia atrás: el caballo está enfadado, dispuesto para pelear.
Orejas en sentidos diferentes: no habrá entendido lo que usted quiere solicitarle o decirle.
Orejas acostadas: connotan agresividad o enojo. Esto tiene una causa que lo justifica: el caballo agacha sus orejas ante una pelea, para protegerlas de posibles mordiscos.
Además de esto conviene saber que si el caballo es joven, normalmente echará las orejas para atrás al ser montado por el jinete, lo cual significa que todavía no reconoce a la persona (en ese momento y para el caballo, un intruso) que se ha situado tras él.
Debemos observarle también cuando duerme, momento en que dejará sus orejas caídas; si estando en esta posición no las levanta al menor ruido, deberemos vigilar su salud, porque éste es un claro síntoma de enfermedad.

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