lunes, 8 de noviembre de 2010

Rascarse


Aunque no tenga parásito alguno, el caballo siente la imperiosa necesidad de rascarse.
Esto lo hará principalmente de dos formas:
Revolcándose después del trabajo.
Acercándose a un árbol o ramas bajas, donde se rascará las zonas que no alcance con los dientes.

Cuando ninguno de los dos métodos anteriores funciona, y desea rascarse en una zona particular del cuerpo solicitará la ayuda de un compañero; la forma de solicitar esta ayuda es muy particular: se acercará a él y le morderá en ese lugar preciso, como pidiéndole que haga lo mismo.
Se trata de un comportamiento muy natural y para nada hay que confundirlo con una reacción agresiva.
Es simplemente, un paso más del acicalado natural del caballo.

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